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Si quieres lograr una decoración perfecta para tu tarta, es clave que el bizcocho esté completamente frío antes de decorarlo. Para obtener los mejores resultados, te recomendamos hornear el bizcocho un día antes.
Una vez horneado, desmolda el bizcocho con cuidado y envuélvelo completamente en papel film. Esto ayuda a conservar su frescura y facilita la manipulación. Luego, colócalo en la nevera y déjalo reposar durante unas 24 horas. Este tiempo de refrigeración le dará una mayor firmeza, haciendo que sea mucho más sencillo de decorar a tu gusto sin que se desmorone.
Este truco te ayudará a conseguir una base firme y lista para una decoración profesional. ¡Inténtalo y verás la diferencia en el acabado de tus tartas!