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Pueden existir infinidad de motivos por los que un bizcocho puede quedar duro, pero estos son los tres principales:
- Puede haber un exceso de tiempo de horneado y eso genera que un bizcocho quede demasiado cocido y por lo tanto quede demasiado duro.
- Exceso de harina en la masa o exceso de batido de la misma (es aconsejable añadirla en el último momento e incorporarla con movimientos envolventes, previamente tamizada), de esa manera evitaremos que quede un bizcocho muy pesado y quedará más esponjoso.
- Falta de líquidos en la masa. Cuando la masa queda excesivamente espesa quiere decir que quedará muy duro el bizocho y le haría falta añadirle algun líquido para evitar eso.
Se tiene que tener en cuenta que la repostería es una de las cosas más metículosas y se tiene que pesar todos los ingredientes, porque sinó es probable que ese postre no quede como nosotros deseamos.
Aquí puedes consultar como aprovechar ese bizcocho que nos quedó duro.